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lunes, 27 de agosto de 2012

Capitulo 3: La guerra ha comenzado


NOA:

Nada mas llegar a palacio, mi padre y yo acompañamos a mi madre a que se siente, ya que aunque solo haga media hora que salimos de casa, ya está extremadamente cansada. 
-Noa, ¿te puedes quedar un momento con tu madre que tengo que ir a hacer una cosa?
-Si, papá, no hay problema.
Me siento al lado de mi madre y me pongo a hablar con ella. Una dulce música de baile suena de fondo.
Al cabo de un rato, alguien me toca el hombro. Es el príncipe Neal.
Me levanto y hago una reverencia.
-No hace falta que me hagas una reverencia, Noa.
-¿Como sabe mi nombre?
-Me lo ha dicho tu padre hace un rato.
-Bueno, ¿Que quería majestad?- le pregunto educadamnete.
-Solo quería invitarte a bailar.
Miro a mi madre, que nos observa desde la silla en la que está sentada. Estoy a punto de rechazar cuando llega mi padre y me dice:
-Ve, hija. Yo me quedo con tu madre.
-Esta bien- respondo al príncipe.
Me coge de la mano y me lleva hasta el centro de la pista de baile. Me toma de la cintura y empezamos a bailar. Damos vueltas y mas vueltas hasta que acaba la canción. Nos hacemos una reverencia, sonreímos y nos separamos.
Me voy a ir de nuevo a la mesa de mis padres cuando oigo algo que me sorprende.
-Si, la guerra contra el reino del fuego está a punto de estallar- confirma un hombre a otro.
Esa información se me mete en la cabeza, y después de absorberla un pensamiento se enciende en mi cabeza. Dana es de el reino de fuego. Tengo que avisarle de lo que va a pasar. 
Sin que nadie me vea salgo del castillo. Toco el silbato y en cuanto Elia aparece pongo rumbo a mi casa. Una vez que llegamos me pongo unos pantalones largos marrones, una camiseta de tirantes negra y una chaqueta verde oscuro casi negra. Cojo una gran mochila negra y meto varias mudas de ropa. Luego bajo a toda prisa a la cocina, meto varias botellas de agua en la mochila ademas de abundantes provisiones. Por último meto cerillas, cuerdas y un par de cuchillos y vuelvo a salir de casa precipitadamente.
Empiezo a volar con Elia en dirección Sur, que es por donde se supone que está Ignis. Tras cuatro dias de viaje, paradas y noches de dormir mal, a lo lejos veo algo. Cuando me acerco mas veo que se trata de una chica. Y creo saber quien es esa chica que vuela hacia mí.

DANA:

Entro por una gran puerta rojo fuego y veo a mucha gente vestida con trajes y vestidos, al menos no destaco mucho. Suena una  campana y toda la gente se agrupa alrededor de un hombre vestido con traje que parece estar ardiendo, y lleva los ojos pintados dibujando llamas. Parece que es un hombre importante, a pesar de no tener más de 30 años, y que todo el mundo le tiene mucho respeto, pues cuando empieza a hablar todo el mundo se calla y presta atención.

-Bienvenidos a todos, gente de Ignis. –Su voz suena potente y con autoridad. Se ve que es alguien muy poderoso. -Esta noche estamos aquí por un problema muy grave.

Se oye a la gente hablar en voz baja, entre ellos, y con voz alarmada. El hombre levanta una mano y la gente se caya.

-Esta noche estamos aquí para advertiros y comunicaros una cosa: ¡¡La Guerra ha comenzado!!

Entonces, en vez de ruido, un silencio infernal se apodera de la sala. Las cortinas rojas parecen desteñirse, las alfombras y lámparas apagan su color. Y mi piel se vuelve pálida como un fantasma. Noa vive en Aqua.

-Los reinos Caeli y Aqua se han aliado contra Ignis y Terra, y nosotros hemos hecho lo mismo. A partir de ahora, todos los lazos tanto comerciales como sociales con los reinos de Caeli y Aqua han sido cortados. Tener precaución.

Y justo en ese momento, salgo corriendo intentando pasar desapercibida.
Vuelvo volando a mi casa y cojo una mochica negra, llenándola con varios paquetes de comida, unos cuantos litros de agua y una manta, por si hace frío. Me acerco al armario y me cambio de ropa con unos pantalones de montaña negros por la rodilla, una camiseta de tirantes azul marino y una chaqueta negra con líneas blancas, con una capucha impermeable por si llueve.

Salgo corriendo hacia Nyx y cojo comida para él. Me monto encima en su lomo y empezamos a volar dejando atrás la casa sin dar explicaciones. Tras unos días de viaje, creo ver algo a lo lejos. Cuando me acerco más veo que se trata de una chica. Y creo saber quién es esa chica que vuela hacia mí.